

En este contexto, la responsable del programa de
costas de la ONG, Pilar Marcos, ha explicado que un centímetro de
subida del mar equivale a un metro de playa y que -según cálculos basados en
las estimaciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la
ONU- se calcula que si no se toman medidas, en el Mediterráneo a final de siglo
el nivel del mar habrá subido en torno a medio metro, lo que significa una
regresión del litoral de 500 metros adentro.
Por ello, Marcos y el director ejecutivo de
Greenpeace, Mario Rodríguez, han reclamado al Gobierno de Mariano Rajoy que se
posicione respecto a la postura de España en el Artico y que no vea en la
explotación de este enclave una nueva oportunidad de negocio e inversión. En
este sentido, Rodríguez ha denunciado que España, que es observador en el
Consejo del Artico, ha manifestado sus intereses en el transporte y en la pesca
de este enclave. "Queremos que España se posicione a favor de crear un
santuario en el alto Artico en el que se prohíban las prospecciones de petróleo
y la pesca", ha resumido.
"Queda poco tiempo para tomar decisiones",
ha advertido Rodríguez, mientras Marcos ha insistido en que no tiene sentido
que España apoye la resolución aprobada por la Unión Europea para apoyar la
creación de un santuario en el Artico y que, por otro lado, se posicione a
favor de abrir nuevos caladeros de pesca.
La portavoz de costas de la ONG ha añadido que los
datos (del IPCC) revelan que el Artico se derrite al doble de velocidad que el
resto del planeta y que en los últimos cuatro años se ha perdido
hielo polar equivalente a tres veces la superficie de España.
Entre los riesgos de efectos extremos que Greenpeace
señala en su informe, apunta que se producirían con el deshielo del Artico y el
cambio climático en España, han citado un aumento de las temperaturas que se
traduciría en una disminución del acceso al agua potable con sus efectos en la
agricultura; en el aumento de la demanda energética; en el incremento de los
incendios forestales; en la subida del nivel del mar y olas enormes o en un
incremento de las supertormentas y ciclogénesis como las del pasado invierno a
causa de los cambios en la corriente del chorro; la acidificación de los océanos
o el aumento de los gases de efecto invernadero.
Además, en España esto provocaría la desaparición de
localidades costeras de la Costa del Sol y, en general de toda la costa
urbanizada; la aparición de enfermedades infecciosas a causa de la llegada de
mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla;
desaparición de algunas zonas de viñedos; afecciones en el turismo de playa, de
interior y de montaña; efectos negativos en los cultivos de viñedo, al cambiar
la relación entre el azúcar y los ácidos.
Por ello, el director de Greenpeace ha manifestado que
"salvar el Artico es salvar mucho más", como salvar el clima de
España. "No podemos tolerar que un Artico con deshielo sea
esquilmado por las petroleras y la pesca industrial", ha subrayado.
Fuente:http://ecodiario.eleconomista.es/
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