En una comunicación digital, darnos cuenta de que
no nos dicen la verdad es difícil; pero no imposible. Un grupo de científicos
alertó sobre las actitudes que suelen tener los mentirosos online. ¡Para estar
atentas!
La mirada, los gestos de
las manos y el tono de voz pueden ayudarnos a detectar a un mentiroso en el 54%
de los casos. Pero jugar al detective se complica cuando la conversación no es
“cara a cara” sino a través del Whatsapp, los mensajes de texto o en las redes
sociales.
Pero, atentas chicas. Aunque en la comunicación
digital disminuyen las chances de reconocer un engaño, siempre hay una manera.
A eso apuntó un estudio realizado en la Universidad Brigham Young, Estados
Unidos, y publicado en la revista ACM Transactions on Management Information Systems.
El equipo de científicos, encabezado por Tom Meservy,
profesor de sistemas de la información, trabajó con más de cien estudiantes
universitarios que mantuvieron conversaciones a través de una computadora. Les
pidieron que mintieran en la mitad de sus respuestas. Así, los investigadores
notaron que se puede reconocer a un mentiroso porque:
* Tarda más en responder. Los participantes del
estudio demoraron un 10% más en escribir las respuestas falsas.
* Edita más mientras escribe. El mentiroso borra y reescribe
varias veces.
* Sus mensajes son más cortos
de lo habitual.
¿Esto significa que cada vez que tu pareja o tus
amigos tardan en responder están elaborando un complot en tu contra? Nada de
eso, los investigadores advirtieron que el estudio sólo revela un patrón
general, detectado en un grupo reducido de personas.
“Estamos empezando a identificar señales que no son
fácilmente reconocibles por los humanos”, contó Tom Meservy. “Con estos
descubrimientos se podrían crear sistemas de conversación capaces de detectar
mentiras en tiempo real”, arriesga el investigador.
La mentira tiene patas cortas
(y nos enferma)
Un estudio anterior, realizado en la Universidad de
Notre Dame (Estados Unidos), demostró que decimos, en promedio, 11 mentiras por
semana. Los investigadores señalan, además, que reducir ese número sería
beneficioso para nuestra salud.
“La mentira es un factor de estrés, sobre todo cuando hay que
sostenerla durante largo tiempo. Para la mayoría de las personas sostener la
mentira provoca angustia y dolor moral”, le explicó a Entremujeres el doctor Walter Ghedin, médico
psiquiatra y sexólogo.
Según él, sólo algunos sujetos con trastornos de la
personalidad pueden convencerse de que la mentira les aporta beneficios o algún
tipo de placer. Los sujetos narcisistas – asegura- usan la mentira para
convencer a los demás de sus virtudes y de los beneficios que obtendrían si los
tuvieran en sus filas, llámese pareja, trabajo, grupos, etc. Los antisociales o
psicópatas encuentran placer al mentir, sin culpa ni remordimiento.
Ante este panorama, la recomendación del doctor es
clara y simple: apostar por la verdad. “La comunicación franca, sincera y
honesta seguirá siendo la forma más saludable de relacionarnos con uno mismo y
con los demás. Y aunque pensemos ´si digo esto el otro va a sufrir´ siempre
será la mejor solución ´blanquear´ las situaciones temidas”, concluye.
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