martes, 27 de abril de 2010

Los Dominicanos tenemos un mal que no se de quien lo heredamos.


Consiste en un deseo desmedido y hasta egoista de querer atribuirnos hechos, hazañas, títulos y protagonismo, con la intención de parecer más influyentes, más importantes, inteligentes, arriesgados, valientes, atrevidos y hasta más a la moda que los demás. Quizás no sea un mal exclusivo de nosotros; tal vez sea un fallo generalizado. Un mal de la humanidad, pero para conocer sus orígenes habría que tratarlo con sociólogos, filósofos y demás estudiosos del comportamiento humano. Esas son aguas muy profundas y yo de nadar se muy poco; por lo tanto vamos a tratar el tema de manera superficial; buscando que se entienda el mensaje. Sin enredarnos mucho.

Este comportamiento negativo lo podemos notar en todos los ambitos: artístico, profesional, religioso, en la gente común, pero de manera muy acentuada en el sector político. Como estamos metidos de pies a cabeza en las próximas elecciones congresionales (algunos dicen congresuales) y municipales, vamos a enfocarnos en este grupo. Aqui va la primera prueba: desde nuestra niñez hemos venido escuchando que tal presidente, senador, diputado, sindico es el " Doctor" fulano de tal. En un país malamente educado como el nuestro, donde el analfabetismo alcanza niveles espantosos, ese título vende, da prestigio. Por lo tanto todo el que siente vocación por la sagrada ciencia de la política u otros que sin vocación, ni cualidades se enganchan a "politícos" se quieren poner el traje de doctor: Balaguer era "Doctor", Peña Gómez era "Doctor", Jorge Blanco es "Doctor", Leonel es "Doctor", Vincho es "Doctor", etc... Si sigo citando casos la lista se haría interminable; por ende de lo nacional me traslado a lo local y me ubico en nuestro Baitoa y de paso me solidarizo con el apreciado compueblano Rafael Peña que en recientes intervenciones escrita y oral, ha externado su preocupación por la forma de elección de nuestras futuras autoridades y de los títulos que asumen los que están y los que aspiran a estar.

En esta oportunidad me voy a referir solamente al asunto de si tenemos un Sindico o Alcalde y Regidores. Sobre la otra preocupación de Rafael sobre la forma de elección, hablaremos en otra entrega. Arrancamos!!! No!!!!!!!! No tenemos un sindico, ni regidores, ni lo tendremos hasta que Baitoa sea un Municipio, sencillamente porque las leyes así lo establecen. Somos un distrito municipal, por lo tanto lo que tenemos y tendremos, hasta nuevo aviso, es un director municipal y vocales de director. Entiendo que suenan más atractivos los epítetos de sindico y regidor, pero la ley es la ley. Hay que seguir luchando para que nuestro pueblo sea elevado a la categoría de municipio. Ahí si tendremos un alcalde, que es el término que a partir de estas elecciones sustituye al de síndico. Mientras eso llegue, que esperamos que sea pronto, a los candidatos que se conformen con el "apellido" de posibles directores del Distrito Municipal de Baitoa. Y como dicen los puertorriqueños:" y van en coche"!!!!

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