jueves, 14 de junio de 2012

Fue una noche mágica en S.F. Perfecto de Matt Cain, una hazaña con ayuda milagrosa.


Bruce Bochy, Matt Cain y todos los Gigantes de San Francisco pensaron que aquello era un jonrón, pero fue un out a manos del dominicano Melky Cabrera dando un salto a la altura del nivel de la barda en el sexto episodio.
Y nadie se explica todavía cómo el jardinero derecho venezolano Grégor Blanco le llegó a la bola para ejecutar aquella extraordinaria jugada en el séptimo episodio. Por encima de todo, estuvo la joya, la proeza, la magnitud de uno de los juegos mejor lanzados en la historia de las Grandes Ligas.
Es verdad. Cain lo hizo todo perfecto. Y valga la redundancia, por eso mereció lanzar el 22ndo juego perfecto de la historia del Béisbol de Lujo. 27 a batear, 27 fuera. Y de paso ponchó a 14 para emular al gran Sandy Koufax, como los dos únicos con un partido de tal magnitud con semejante número de víctimas por la vía de los strikes.
Sobre todas las cosas, fue un esfuerzo de equipo. De no ser por esas jugadas magistrales, nunca se hubiera producido la cita del derecho de los Gigantes con la inmortalidad, que hizo olvidar que la novena sumó tres cuadrangulares -Cabrera, Blanco y Brandon Belt- para lograr su mayor cantidad de carreras en casa en lo que va de temporada en el triunfo por 10-0 sobre los Astros de Houston.
"No tengo la menor idea de cómo esa bola [bateada por Chris Snyder con un out en el sexto] se quedó en el parque'', describió Cain, emocionado por lanzar el primer juego perfecto en la historia de la franquicia de los Gigantes''.
Si Cain no entendía el porqué esa bola no se había ido, menos comprendían los Gigantes qué hacía Blanco, un jardinero central natural, cubriendo tanto terreno entre los bosques central y derecho antes de robarle un posible doblete a Jordan Schaffer, primer bateador del séptimo tramo.
Por: Anthony Nuñez.
Fuente: MLB.com

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