Algunos envueltos en la bandera paraguaya volvían al autobús que los había traído a la capital para brindarle su apoyo al hasta este viernes presidente de Paraguay, Fernando Lugo.
Pese a unas pequeñas escaramuzas poco después de que se conociese la remoción de Lugo del poder, en general el casco histórico de Asunción se vació rápido y parecía más un domingo en la madrugada que una agitada noche de viernes.
Raimundo, el anciano taxista que llevó a BBC Mundo a visitar Asunción, aseguraba que "quizás no se vea ningún problema hoy, pero lo que pasó puede darnos problemas en el futuro".
La preocupación de Raimundo -quien pese a ser opositor de Lugo no apoyaba su destitución- se centra en lo que parecía acaparar todas las conversaciones en Paraguay: ¿fue golpe o no fue golpe?
Las redes sociales contrastaban con la tranquilidad de las calles de Asunción. En internet hervía el debate sobre la legalidad de la salida de Lugo.
En algunas radios y televisoras se hacía especial ahínco en remarcar que "todo fue hecho en el marco constitucional", como señaló un locutor local.
Pero las acusaciones de "golpe de Estado" traspasaban el umbral de realidad que ofrecían los medios locales.
El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Alí Rodríguez Araque, no titubeó cuando manifestó la postura del organismo en conversación con BBC Mundo en la sede de la embajada venezolana en Asunción.
"Fue un golpe parlamentario, apenas un grupo de senadores deciden la destitución de alguien electo por una votación nacional", soltó.
"No se le permitió el derecho a la legítima defensa, porque apenas tuvo tiempo para defenderse de las acusaciones que tenía. Es lamentable lo ocurrido", apuntó.
Por: Jonathan Núñez
Fuente: almomento.net
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