El simio, que había perdido a sus padres, estaba tan deprimido que se negaba a alimentarse y corría peligro de muerte. Pero todo cambió cuando conoció a un can dentro del zoológico. Desde ese momento, pasan largos ratos juntos, “chochos” de la vida.
Después de perder a sus padres, un orangután de tres años de edad estaba tan deprimido que se rehusaba a comer y no respondía muy bien a los tratamientos. Los veterinarios creían que se dejaría morir. Así lo publica el portal de Crónica.
Pero todo iba a cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
Un perro fue encontrado perdido en los alrededores del zoológico de Georgetown, Carolina del Sur, y cuando fue llevado a la sala de tratamiento, se encontró con el orangután.
Desde ese instante, los dos se volvieron amigos inseparables y el simio se recuperó en su totalidad.
Todo, por el poder de la amistad.
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