
Por: Tomás Fernández
La iniciación del camarada Elián Gonzales, El balserito cubano.
Con 14 años y el rostro tranquilo, lejos de la aterrada expresión con la que, hace nueves años, autoridades norteamericanas lo encontraron escondido en un armario de una casa en Miami, Elián González, el “balserito”, fue incorporado este fin de semana a la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC).
El adolescente, quien en 1999 fuera un simbólico relato del drama de las familias cubanas divididas por la fractura cubano-americana, recibió su carnet en un acto público en la ciudad de Cárdenas, al tiempo que otros 18 mil estudiantes de todo el país.
En la ceremonia, Elián se dirigió al auditorio y afirmó que “militar” en la UJC era un “honor y una gran responsabilidad”, según informó la Agencia Nacional de Prensa, de propiedad estatal.
Cuando Elián fue devuelto a la isla, en el 2000, el entonces presidente Fidel Castro dijo que el niño debía ser un modelo para el país. Así lo recordó Miriam Yanet Martín, presidenta de la Organización de Pioneros José Martí, quien afirmó que esta ceremonia “tiene gran simbolismo para la familia cubana”.
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